martes, 25 de diciembre de 2012
Feliz Navidad a los invisibles
Mientras cientos de niños de Usme, una de las zonas más pobres del Distrito (Bogotá) recibían regalos, comida y un rato de entretenimiento, los invisibles de siempre, aguantaban frío y hambre esperando algo para ellos.
Invisibles para muchos, para casi todos. Víctimas del antropocentrismo, domesticados por años y años por el Homo Sapiens para llevar una vida lamentosa y dura. Perros y gatos, ciudadanos de tercera clase, en una ciudad egoísta.
La navidad llega para casi todos; la comida, los regalos, la fiesta. La salida perfecta del sistema. La falsa alegría, la de lo material, donde el amor se mide en obsequios. Habitamos con cientos de especies, algunas para servirnos como alimento, trasporte o compañía; otras, para exterminarlas por ignorancia, por lujo, miedo o diversión.
Hoy cuando el antropocentrísmo se disfraza de teocentrísmo, cuando nos desbocamos en gastar, comprar y consumir, cuando lavamos nuestro compromiso de especie dominante regalando vino y galletas a nuestros pares en condiciones menos favorables, dando comida, regalos y donaciones a quienes nosotros y el terrible e injusto sistema tiene desprotegidos hoy no nos acordamos de las especies que esclavizamos, usamos y desechamos.
A ellos, a los invisibles, Feliz navidad.
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