El 35 milimetros de Nikon es sin lugar a dudas uno de los mejores lentes low cost que Nikon tiene a disposición. Dado que es una focal fija podría pensarse que es una óptica muy limitada pero la realidad es otra: un lente versátil tanto para reportería gráfica como para retratos, que se comporta muy bien en situaciones de poca luz y que permite enfocar a una distancia corta.
Para la prueba este lente se utilizó en un cuerpo D100 de 6 MP en un interior con luz mixta (incandecente, tugsteno, flash). Cabe recordar que este es un cuerpo de más de una década de estar en el mercado, con un procesador de imagen muy limitado y unos valores iso de calidad hasta 640.
En este cubrimiento se usaron diferentes diafragmas, para crear diferentes posibilidades de profundidad de campo, desde su máxima apertura (f1,2) hasta f16. Como lente de reportería sorprende lo bien que funciona el foco automático aun en condiciones de muy poca luz, si bien no es el más silencioso si es muy preciso. En los valores más abiertos se denotan algunas aberraciones cromáticas, sobretodo, en los fondos.
Para retratos es un lente equilibrado, preciso y fácil de manejar. En ocasiones da la sensación de ser una óptica de una categoría más fina, sobre todo al acercarse a los objetos o sujetos a fotografiar: permite un foco cercano y un control a milímetro de las zonas a enfocar.
A una distancia focal excelente para explorar fotográficamente la reportería y el retrato, que le saca el jugo al formato recortado APS-C, se le suma que es liviano, poco voluminoso y barato. Imprescindible para usuarios noveles, intermedios o incluso profesionales como óptica de respaldo.
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