Señores
Motorola Colombia
Hola, mi nombre es Mauricio Riveros, soy
fotógrafo y realizador audiovisual, trabajo con poblaciones en condición de
vulnerabilidad, tengo un gato que se llama Tenosh, soy hincha de Santa Fe y
odio el reggaetón. Me presento, por que no soy un deportista famoso, una
estrella de telenovelas, un bloguero, twittero o periodista famoso, director de
revista o programa de tv; Tampoco soy un músico destacado, un político
incluyente ni amigo de algún ejecutivo de su empresa o de las empresas
operadoras que venden sus teléfonos, soy, un simple cliente.
Como cliente de Motorola, desde que era muy
niño, he tenido cercanía y gusto por la marca, grandes localizadores, beppers,
y muchos teléfonos, sumados a lo que parece ser una empresa que brinda
seguridad y liderazgo, sumados a, acéptemelo, un logo que se parece al de
Batman, hicieron posible esa afinidad. Como es lógico en los que somos clientes,
invertimos en los productos que nos gustan, y de estos esperamos, un
funcionamiento óptimo y respaldo.
En el último año y medio no he tenido uno, ni
dos, ni tres sino cinco teléfonos Motorola, de los cuales he comprado cuatro a través
de mi operador (un spice key, dos defy y
un Razr) y un Defy dado por
garantía en el servicio técnico de Tigo. Cinco smartphones en año y medio no
responde a que tenga cinco líneas, no, tan solo tengo dos. Tampoco he perdido
ninguno y evidentemente no los colecciono; ¿la razón? La manufactura de sus
Defy es pésima, que digo pésima, peor que pésima.
El primero de ellos murió a los cuatro meses
por una falla de software, el cambio de este y segundo terminal fue otro Defy,
visitó el servicio técnico dos veces, audífono dañado y, de nuevo, problemas de
software, este fin de semana,
simplemente murió. Pero para morir tuvo que bloquearse un centenar de veces,
apagarse solo, resetearse, perder datos. Casi al mismo tiempo, el otro terminal
Defy, el tercero, corrió con la misma mala suerte, muerto después de 13 meses
de sufrir de apagones constantes y bloqueos de pantalla.
¿Qué esperaría un cliente de su marca?
Honestidad, respaldo, respeto. Si tienen un terminal de tan baja calidad, lo
lógico es ofrecer alternativas, equipos diferentes que corrijan los errores,
retirar del mercado un pésimo equipo y no esclavizar a los usuarios a perder
datos, a hacer filas, a vivir perdiendo el tiempo en servicios técnicos,
reconfigurando terminales, hasta que se cumplan los doce meses de garantía.
Con una inversión cercana a los dos millones
de pesos, nada para una empresa multimillonaria pero una suma importante para
una persona en tan solo año y medio en aparatos celulares, la respuesta de mi
operador es que simplemente ya pasaron 12 meses y que el fabricante, no puede
hacer nada más por mi, como si remendar malamente unos terminales defectuosos
hubiera sido el gran favor, como si fuera el culpable de que Motorola saque un pésimo
equipo al mercado y que el operador decida venderlo. Posiblemente haya sido
culpa mía, o de la mala suerte, que me dejó los tres aparatos defectuosos de
miles, seguramente no es así, ya que tan solo consultar “Problema Motorola Defy”
arroja más de 800 mil resultados en google, ¿adivinen cuantos salen tipiando lo
mismo en ingles?
Seguramente perder un simple cliente no les importe,
al fin y al cabo no soy un bloguero famoso, un periodista de tecnología, un
músico, político o estrella del deporte o la tv. Pero recuerden que los que
compran sus teléfonos no son ellos, los que compramos sus teléfonos somos
simples clientes.
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